Lo que nos hace ser tan cambiantes en nuestras amistades es que es dificil conocer las cualidades del alma, y fácil conocer las del entendimiento. Lo que los hombres llaman amistad no es más que un pacto, un respeto recíproco de intereses y un intercambio de favores; en resumidas cuentas, una relación en la que el amor propio siempre se propone ganar algo. Sonroja más desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos. A menudo nos convencemos a nosotros mismos de que amamos a personas más poderosas que nosostros, y sin embargo el interés es el único motor de nuestra amistad. No nos damos a ellos por el bien que queremos hacerles, sino por el que de ellos queremos recibir.
François de La Rochefoucauld
Arroyos de la Alhambra-Evocación
Ángel Barrios